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Cremas hidratantes

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Tanto las cremas hidratantes como las cremas nutritivas son súper necesarias a la hora de mantener su elasticidad y aspecto joven.

Diferentes tipos de piel para diferentes cremas hidratantes

  • Piel normal. Si notas que tienes pocos granos, poros pequeños y tu piel no suele irritarse ni enrojecerse, lo más probable es que tengas una piel normal. Este tipo de piel suele ser equilibrada, no es demasiado seca ni muy grasa, y no tiene manchas. Por otro lado, tu dermis es suave, resistente, y acepta la mayoría de los principios activos que se usan en los productos de cuidado para la piel, por lo que comprar productos de belleza será pan comido para ti.
  • Piel mixta. Este tipo de piel es una combinación entre la piel seca y la piel grasa cuyas particularidades se manifiestan principalmente en el rostro. Se caracteriza por tener la conocida zona “T” (frente, nariz y barbilla) con tendencia grasa. Ahí, los poros están abiertos, con impurezas y rastros de acné por lo que presenta un aspecto brillante. Sin embargo, en la zona de las mejillas la piel es normal, incluso con tendencia a ser seca.
  • Piel grasa. La piel grasa es una piel que produce un exceso de lípidos. Este desarreglo puede tener su origen en las variaciones hormonales, o agresiones externas como el estrés o la contaminación. A diferencia de la piel seca, en este caso las glándulas sebáceas aportan bastantes más lípidos de los necesarios, y cuando el exceso de grasa se mezcla con la suciedad y las células muertas de la piel, comienzan a formarse granos. Las investigaciones indican que entre el 40 y 55% de los adultos tienen la piel grasa y sufren acné tardío.
  • Piel seca. La piel seca es pobre en lípidos y con tendencia a la deshidratación. Es por eso que necesita cuidados específicos que la ayuden a mantener su función de barrera y a preservar la hidratación que tanto necesita. Las pieles secas se caracterizan por tener una sensación de tirantez, tono apagado, tacto áspero, irritable, con rojeces e incluso puede presentar descamación. Por tanto, hidratarla es la clave para que el paso de los años no la castigue.
  • Piel sensible. Una piel sensible e intolerante reacciona más que una piel normal, es decir, es hiperreactiva. Experimenta sensaciones de cosquilleo, calor (quemazón), hormigueo y picor (aunque esto es poco frecuente), la mayoría de las veces de manera intermitente. Estas sensaciones de incomodidad a veces también van acompañadas de enrojecimientos y se manifiestan de forma exagerada como reacción a estímulos de naturaleza diversa que, normalmente, no deberían causar irritación. Dichos factores o estímulos pueden ser físicos: radiación UV, variaciones de temperatura, viento o el propio hecho de frotarse la piel; psicológicos: por ejemplo, el estrés, o químicos: productos cosméticos, jabones…

Trucos para cuidar los poros de la piel

  1. El truco para mantener unos poros sanos consiste en no taparlos, para que parezcan más pequeños y suaves.
  2. Una buena limpieza con exfoliación ayuda a eliminar las células muertas de la piel, limpiando en profundidad los poros y evitando la obstrucción de los canales.
  3. Uso de activos antiseborreicos como Alfa hidroxiácidosniacinamida, ácido salicílico, ácido glicólico, cobre y zinc.
  4. Aplicar siempre un buen protector solar, para evitar el fotoenvejecimiento.
  5. Mascarillas de carbón activo, ya que limpian y purifican tu rostro sin resecar.
  6. Mantén la piel hidratada.
  7. Utiliza texturas en formato gel y oil free para evitar un exceso de sebo.
  8. Fomenta la producción de colágeno. Sobre todo, si tienes más de 30 años, ya que a esa edad dejamos de producirlo de forma natural.

Farmacia López Benítez

Tus especialistas en Dermocosmética





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